“Perspectivas y reflexiones sobre el bicentenario de la revolución de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes de 1812”
- CATEDRA CIENTÍFICA
- 25 mar 2024
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POR: FRANCISCO GABRIEL LOPEZ FUENTES (Alias Chupacho en la presentación del ensayo).
“Muero yo, pero mil se levantarán para ahorcar a los tiranos. ¡Viva la libertad!” (Últimas palabras de Crespo y Castillo antes de ser fusilado).
En los valles de los ríos Marañón, Huallaga y Pachitea se desarrolló en el año 1812 uno de los intentos revolucionarios más importantes del siglo XIX. En la actualidad estos valles se ubican en el departamento de Huánuco y forman parte de la cuenca del río Amazonas. Conforme a la clasificación de Pulgar Vidal (1936) Huánuco presenta las siguientes regiones: Yunga, quechua, suni, puna, cordillera, selva alta y selva baja. Por lo cuál su clima, flora, fauna, y potencial agrícola-ganadero ha sido importantísimo para la vida de sus habitantes a lo largo de los diversos períodos de la historia. Geopolíticamente Huánuco no ha tenido siempre las mismas características actuales. Luego de la revolución neolítica[1] se estableció la primera civilización en esta zona: Kotosh (2200 a. C.) la cuál edificó el templo más antiguo de América, el “Templo de las Manos Cruzadas”. A partir de esa época en los diversos períodos de la arqueología (Formativo, Desarrollos Regionales, Imperio Wari, Estados Regionales e Imperio Inca)[2] la geopolítica ha ido cambiando considerablemente. La civilización de los yarohuilcas se enfrentó al imperio de los Incas y luego de ser derrotados fueron asimilados al Tahuantinsuyo. Entre los asentamientos arqueológicos más importantes de esa época tenemos a Auquín, Iglesiayoq y Markanan. Según Grover Luján (2006) tanto Auquín como Iglesiayoq[3] forman parte de la cultura yaro. Como evidencias culturales destacan las vasijas con dibujos de ojo, pico y orejas de cóndor. Utilizaron cántaros, platillos, cucharones y cucharas con figuras de cóndor y de cuerpo humano, silbatos coloreados de ocre rojo indio con representaciones de aves,
Primeras notas al pie:
[1] Período de la humanidad acuñado por Vere Gordon Childe (en su obra “Los orígenes de la civilización”, 1936) donde se establecen los primeros asentamientos y por ende se da inicio al desarrollo de las primeras civilizaciones. Se puede decir que a partir de ese momento se puede llevar a cabo las primeras investigaciones referidas a la geopolítica de las primeras civilizaciones.
[2] Conforme a la periodificación de Luís Guillermo Lumbreras.
[3] Conjunto de 8 viviendas y 1 torre de 13 metros de alto asociados a contextos funerarios.
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instrumentos de cobre[1] y bronce; así también, curtieron el cuero del venado y de sus cuernos elaboraron moldes, de los huesos de la llama hacían quenas, y de los huesos del cóndor hacían agujas. En lo que se refiere a Markanan es uno de los sitios más estratégicos de la provincia de Huamalíes debido a su ubicación[2] como nexo entre la sierra y la selva, como lo señala Rivera Yanac et al. (2006) resaltando el muro perimétrico de esta ciudadela con una puerta de ingreso hacia la sierra y otra hacia la selva. Posteriormente llegan los Incas quiénes respetan las costumbres tradicionales de las poblaciones que se sometieron pacíficamente. Luego de la llegada de los españoles se funda la ciudad de Huánuco 15 de agosto de 1539. En esas épocas los conquistadores establecieron el sistema de encomiendas[3]. Luego se establecieron los corregimientos[4] . En 1784, durante el gobierno del virrey Teodoro de Croix y del rey Carlos III, se crean las intendencias en reemplazo de los corregimientos (Fisher, 1981). Las intendencias se subdividieron en partidos conocidos también como subdelegaciones ya que los gobernaba el subdelegado (Fisher, 1981). Huánuco, Panatahuas y Huamalíes fueron partidos que formaban parte de la intendencia de Tarma. En 1812 el intendente de Tarma era José González de Prada[5]. Antes de los acontecimientos revolucionarios los subdelegados de los partidos de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes eran Manuel Berrospi (desde 1809), José Larea (desde 1808) y Francisco Porras (desde 1805) respectivamente. Luego de ser derrotada la revolución, el mismo año de 1812 fueron nombrados como nuevos subdelegados: El capitán Alfonso Mejorada, para Panatahuas; el coronel Manuel del Real, para Huamalíes; y el sargento Diego García, para Huánuco (Nieto Bonilla, 2001). De esa manera estaba conformada la geopolítica en el año de 1812 en Huánuco. La revolución de 1812 en los partidos de Huánuco, Panatahuas y Huamalíes es parte del largo proceso de lucha por la independencia de España. Durand Flores (1984:421) establece tres etapas de lucha contra la dominación española: Bajo
[1] Incrustando el cobre en piedra ala de mosca para que sea pesado.
[2] Actual distrito de Jacas Grande (provincia de Huamalíes). 3000 msnm.
[3] Implantada en el Perú por la Real Cédula del 8 de mayo de 1533. Era una compensación a los conquistadores que consistía en el reparto de tierras e indios, quienes debían pagarle tributos.
[4] El gobernador del Virreinato del Perú Lope García de Castro (quién gobernó el Perú antes de la llegada del virrey Toledo) en el año 1565 creó los corregimientos para poner fin a la rebelión de los encomenderos. Los corregimientos eran provincias que tenían como gobernantes a los corregidores.
[5] Abuelo del anarquista Manuel González Prada, según Antonio Zapata Velasco (2012).
la dirigencia inca (1572-1783), bajo la dirigencia de los criollos provincianos, y bajo la dirigencia de criollos (1820-1824) que culmina con la liberación del Perú de España. La primera etapa se inicia en 1538 (levantamiento de Manco Inca) y culmina en 1783 con la derrota definitiva de la revolución de Túpac Amaru II[1]. Durand Flores (1984) brinda información de levantamientos y rebeliones contra el dominio español destacando en Huánuco las sublevaciones de Huamalíes (1777), Llacta (1778) y Quivilla (1778). Conforme a dicha información se ha podido contabilizar 112 sublevaciones en el virreinato del Perú entre 1730 y 1780, en las cuáles se incluyen las sublevaciones de Juan Santos Atahualpa (Tarma y Huánuco, 1742) y la sublevación general de Túpac Amaru II que se inicia el 4 de noviembre de 1780. La segunda etapa propuesta por Durand Flores (1984) se inicia en el pueblo de Otuzco en 1802 y culmina con una alta cantidad de levantamientos hasta la llegada de San Martín al Perú. En esta etapa destaca el alzamiento de Tacna de 1811 por Francisco de Zela, y en Huánuco destacan dos importantes levantamientos: El de 1812[2] y el de 1817 dirigido por Mariano Aspiazu. Si bien la tercera etapa fue dirigida por San Martín y luego por Bolívar, es necesario resaltar que de no ser por el apoyo de las guerrillas nunca se hubiera dado la independencia y liberación del Perú. Ella Dunbar Temple (1984) menciona el caso concreto del “Batallón Huánuco” dirigido por Francisco de Paula Otero[3] quién fue Comandante General de las guerrillas de la sierra en la guerra por la independencia del Perú. Ella Dunbar Temple (1984:453) dice lo siguiente: “En el Perú, las guerrillas y montoneras actúan desde las primeras rebeliones precursoras. En la de Huarochirí de 1750, la de José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru de 1780, en la de Huánuco de 1812 y la del Cuzco de 1814, por no citar sino las más señeras, se mencionan en tono monocorde, ataques de “guerrillas indias” o de “partidas” emboscadas en los pasos más peligrosos, o en las ásperas alturas de las quebradas, utilizando galgas como el arma más eficaz; y se insiste en evitar toda lucha en terreno llano.” Este ensayo intenta demostrar la importancia de las guerrillas conformada por los indígenas chupachos en la revolución de 1812 la cuál sería el antecedente más importante de la
[1] Quién fue ejecutado en la plaza de armas del Cusco el 18 de mayo de 1781.
[2] Tema de estudio del presente artículo.
[3] Ver anexo I.
preparación guerrillera en la sierra y selva. En la primera parte del artículo intentaré demostrar la importancia de las causas internas sobre las causas externas de la revolución de 1812, postulando que las internas “pesan” más que las externas. En la segunda parte analizaré a los indios chupachos e intentaré demostrar la importancia de su participación guerrillera de 1812 para la futura conformación de las guerrillas de la independencia que posteriormente serían dirigidas por el comandante general Francisco de Paula Otero. Y por último a manera de ensayo sustentaré las conclusiones finales.
Causas internas y externas de la revolución de 1812
En el siglo XVIII (“Siglo de Las Luces”) se desarrolló una corriente del pensamiento humano denominada “La Ilustración” que fue la síntesis de importantes descubrimientos científicos y uno de los factores causales de importantes acontecimientos políticos. En matemática Monge desarrolló la geometría descriptiva mientras que Bernovilli desarrolló el cálculo de probabilidades. En física Gavalni descubrió la electricidad animal, Lavoisier el principio de conservación de la materia y Bernovilli la hidrodinámica. Benjamín Franklin descubrió el termómetro de mercurio, Hargreaves la máquina de hilar, Watt la máquina de vapor, Cugnot el primer vehículo a vapor, Montgolfier el globo aerostático, entre otros inventos. Se desarrollan dos importantes teorías económicas: La fisiocracia y el liberalismo. Malthus propone su ley de la población, Smith y David Ricardo plantean sus principios liberales en la economía. En la filosofía Kant plantea su “crítica de la razón pura” y en el aspecto moral la “crítica de la razón práctica”. Montesquieu, Voltaire y Rosseau plantean sus teorías sociales y políticas. La obra cumbre de esta corriente fue “La Enciclopedia” bajo la dirección de Diderot y D´ Alambert, donde participan Quesnay (fisiocracia), Condillac, Voltaire, Rousseau, entre otros intelectuales destacados de la época. Los intelectuales que simpatizaban y formaban parte de esta corriente del pensamiento se reunían en clubes, cafés y salones y se agrupaban en sociedades secretas. Un aspecto importante de las consecuencias políticas de “La Ilustración” es su influencia en la independencia de los Estados Unidos (1776) y la revolución francesa (1789). Esta forma “ilustrada” de pensar era un peligro para las monarquías. Los ilustrados .. (Continua en el siguiente párrafo)
negaban el derecho divino del poder y sustentaban el hecho artificial del Estado (contrato social). En respuesta a ello los monarcas “despóticos ilustrados” intentaron hacer ver que su función era brindar felicidad a sus súbditos (todo por el pueblo, pero sin el pueblo). En el Perú colonial muchos criollos fueron influenciados por esta corriente. En el caso de España y sus colonias fue el rey “despótico ilustrado” Carlos III el encargado de evitar una revolución en su reino y revoluciones de Independencia en sus colonias. La medida más importante que toma Carlos III fue el Tratado de Libre Comercio de 1778 en el cuál se permite el libre comercio solo entre España y sus colonias, se pone fin a los privilegios de Cádiz, Callao y Veracruz abriendo trece puertos en España y veintidós en América para el comercio mutuo. Paralelamente a todo este movimiento, indios y criollos luchaban dentro de sus colonias en pro de su liberación. Juan Santos Atahualpa (1745) y José Gabriel Condorcanqui (1781) entre otros, son solo unos casos de esta lucha por nuestra liberación de España. Sin embargo, para el siglo XVIII no se puede negar que “La Ilustración” llegó al virreinato del Perú. Toribio Rodríguez de Mendoza fue rector del Convictorio de San Carlos donde se difundieron ideas liberales de “La Ilustración”, así también impulsó estudios en física y ciencias naturales; políticamente participó en las conspiraciones de los carolinos. Hipólito Unanue fundó la escuela de medicina de San Marcos, el anfiteatro anatómico y el jardín botánico de Lima; políticamente participó en la conspiración de los fernandinos, escribió en el “Mercurio Peruano” y participó en la “Sociedad Amantes del País”. Muchos intelectuales destacados simpatizaron y formaron parte de esta corriente del pensamiento. Es por ello que no se puede negar que “La Ilustración” fue la causa externa más importante para las revoluciones de inicios del siglo XIX (donde figura la revolución de Huánuco de 1812). Otra causa externa fue la situación de España a inicios del siglo XIX. Entre 1808 y 1813 cuando las tropas francesas ocupan España, Napoleón Bonaparte da la orden que su hermano José sea el nuevo rey. En esa época se llevaron a cabo en España revoluciones liberales. Dichas revoluciones liberales desarrollaron la guerra de guerrillas para hacer frente a la invasión francesa en España. Entre 1810 y 1813 los patriotas españoles crearon las Cortes de Cádiz para hacer frente a la invasión francesa en la que participaron también criollos como Vicente Morales Duárez y José Baquijano y Carrillo. Casi al mismo tiempo los (Continua en el siguiente parrafo)
criollos de las colonias españolas en América crearon las Juntas de Gobierno que juraron fidelidad al rey Fernando VII a pesar que Napoleón había puesto a su hermano José como rey. En 1809 se crean las juntas de gobierno en Chuquisaca, La Paz y Quito; y en 1810 se crean las juntas de gobierno en Caracas, Buenos Aires, Bogotá y Santiago. En 1812 mientras en Huánuco se desarrollaba el proceso revolucionario, en las colonias españolas en América se desarrollaba otro proceso revolucionario expresado en las juntas de gobierno, y en España también se estaba llevando a cabo otro proceso revolucionario expresado en las Cortes de Cádiz. En el año de 1812 se promulgó una Constitución Liberal la cuál proponía la libertad de pensamiento y de prensa, la supresión de los tributos indígenas, la prohibición de las mitas y repartos, la abolición de la Santa Inquisición, la libertad de cultivos y la elección para ocupar los puestos del cabildo. Desde el virreinato del Perú con el virrey Abascal se puso una feroz resistencia contra las juntas de gobierno. Es así que se desarrolló una lucha entre criollos y españoles, que estaban de acuerdo con el proceso revolucionario, y españoles, que si bien juraban fidelidad de Fernando VII y estaban en contra de la ocupación francesa, no estaban de acuerdo con las juntas de gobierno y sus medidas liberales. Se puede decir entonces que en la revolución de Huánuco de 1812 la posición criolla estaba a favor de las medidas llevadas a cabo por las juntas de gobierno debido a la influencia de la “Ilustración” en especial en los curas que en sus sermones proponían medidas radicales como veremos más adelante. Por otro lado, los intendentes y los partidarios del virrey Abascal estaban dispuestos a reprimir cualquier acto revolucionario sin importar su fidelidad a Fernando VII. Torres (2012:10) nos muestra evidencias concretas de la fidelidad al rey por parte de los revolucionarios de Huánuco: “En las declaraciones y testimonios de implicados durante el proceso judicial aparecen dos tipos de referencia sobre la persona real…. Desde un primer momento todos los implicados e interrogados proclaman su lealtad al Monarca español. Es así que hablan de “fidelidad”, “amor al rey” y de “respetar al Rey” (CDIP 1971: T. III, vol. 1, pp. 69; T.III, vol. 2, pp. 276).” Además, Torres (2012:11 y 12) nos muestra evidencias concretas de fidelidad a Fernando VII por parte de sacerdotes e indios: “El cura Ignacio de Villavicencio en un sermón que dio en Huánuco el 8 de diciembre de 1811: Que el soberano Fernando es un vástago desgraciado de Borbón, que sufre la (Contiua en el siguiente párrafo)
usurpación tirana del enemigo de la humanidad [Napoleón]. Consoladlo en las aflicciones de su cautiverio. Sostened la fe en su corazón (CDIP 1971: T. III, vol. 2, pp. 718)… Y no debe olvidarse que cuando los indios rebeldes regresaron a la ciudad de Huánuco tras la victoria en Ambo muchos testigos afirman que lo hicieron vivando a Fernando VII y que luego, comenzaron a dar dos vueltas a la plaza mientras uno de ellos enarbolaba un banderín sacado de la iglesia para luego jurar lealtad al rey y a la religión (CDIP 1971: T. III, vol. 2, pp. 275, 281). ” Si bien Torres (2012: 4 y 5) plantea la tesis de “una lucha ideológica entre el escolasticismo de Antiguo Régimen y los intentos modernizantes de la Corona Borbónica que para aquél entonces afrontaba su más grave crisis política”, en el presente artículo creemos que dicha lucha (que no fue solo ideológica sino que fue política y violenta) no solo se dio entre los dos sectores que propone Torres sino que fue mucho más compleja. Por un lado estaban los indios, criollos y sacerdotes fieles a la corona de Fernando VII pero que eran revolucionarios (como lo muestra el mismo Torres pero menciona el término de rebeldes)[1], por otro lado estaban las autoridades coloniales y sus partidarios que también eran fieles a la corona de Fernando VII, y por otro lado estaban los criollos, indios y sacerdotes que querían y luchaban por la independencia del Perú y estaban en contra de la invasión española como lo vamos a mostrar en el capítulo siguiente. Además, dentro de la gama ideológica de la posición revolucionaria que quería nuestra independencia existieron muchas variables como por ejemplo los que creían en el mito de Inkarri, los que pretendían una república, y los que pretendía una monarquía peruana a la europea, estas variables no las trataremos en el presente ensayo por falta de evidencias a excepción del mito de Inkarri que Nieto Bonilla (2001:122) lo plasma de la siguiente manera: “Esta repercusión de autonomía fue percibida por parte de los indígenas de Huánuco, quiénes lo interpretaron como la venida del Inca y se traduce por la esperanza de retorno al modelo andino. Esto es notorio en Huánuco, Panatahuas, Huamalíes, Conchucos, Pasco, Cajatambo y Tarma, como los patentizan los “indígenas en el proceso sumario” (Colec. CDIP Tomo III. Vol. 1. 5 y ADH. 1812)”. En este ensayo proponemos la tesis que fueron las causas internas las que “pesaron”
[1] Pero estaban a favor de las Cortes de Cádiz y de la Constitución Liberal.
más que las causas externas debido a que los actores fueron los propios criollos e indios y dependía del convencimiento de estos para iniciar la revolución. La esperanza del retorno del Inca por parte de los indios y el reforzamiento ideológico de la liberación del dominio español por parte de los sacerdotes ilustrados que tenían llegada en los indios y mestizos fueron las causas principales de la revolución de Huánuco de 1812. El reforzamiento ideológico de la liberación del dominio español se expresó a través de panfletos políticos repartidos entre la población criolla, mestiza e indígena conforme a las evidencias que presenta Nieto Bonilla (2001:127): “Todos los días amanecían pasquines sediciosos que pintaron que a sucedido y el habladero contra los chapetones (Colec. CDIP Tomo III. Vol. 4 Pág. 197; Vol. 2 Pág. 328. En carta redactada por el clérigo Pedro Ángel Jado al arzobispo de Lima)”. Esto fue difundido en el mes de enero de 1812. Además, los pasquines estaban dirigidos también a la población quechua hablante como lo confirma Nieto Bonilla (2001: 124): “Los pasquines estaban escritos en quechua y dirigidos a los pueblos de Panatahuas, Huánuco y Huamalíes. Una cita textual: “… pillcumasicuna la patria en unión quespichinacuson de la chapeton[1] (Colec. CDIP Tomo III. Vol. 1 Pág. XLII)”. Ahora bien ya expuestas nuestras tesis sobre las causas internas y externas del proceso revolucionario de Huánuco, pasaré a exponer sobre los protagonistas principales y gestores de la revolución: Los Chupachos.
Los chupachos: Gestores de la revolución de 1812
En enero de 1812 se da la supresión de la libertad de cultivos, impedía a los criollos e indios cultivar tabaco, cascarilla, entre otros productos. El 18 de febrero de 1812, Marcos Durand Martel envío cartas incitando a la toma de la ciudad de Huánuco a los alcaldes indígenas de Panao, Pillao, Acomayo, Churubamba, Cascay, Pachabamba, Pomachuco, Llacon, Tambogan, Quera, Valle, y Malconga (Colec. CDIP Tomo III, Vol. 2 Pág. 65). Ellos fueron los primeros en arribar al puente Huallopampa y los que motivaron a los demás pueblos indígenas (Huamalíes) a sublevarse contra la corona. El 22 de febrero,
[1] “Hermanos huanuqueños, por la patria en unión de los chapetones que nos quieren quitar”.
se da la Batalla en el puente de Huallopampa (actual distrito de Amarilis). José Contreras, José Trujillo, Andrés Rodríguez, Francisco Péres, Pedro José Zevallos, José Olluco, Antonio Espinoza, Domingo Palomino y José Mirabal fueron los iniciadores (Varallanos, 1959, Pág. 476), se enfrentaron a las fuerzas realistas conducidas por el subdelegado Diego García. Con el pasar de las horas de incorporaron más indígenas de Panao, Malconga, Santa María del Valle, Llicua, entre otros poblados. El domingo 23 de febrero a las 5 de la madrugada las fuerzas revolucionarias indígenas obtienen la victoria. Los líderes indígenas acuerdan arribar a la ciudad de Huánuco bajo la conducción de José Contreras, José Espinoza y José Sánchez. Ingresan y toman la ciudad de Huánuco. El lunes 24 de febrero a las 4 de la madruga se da el término del saqueo y expulsión de los chapetones. El miércoles 26 de febrero se crea la Junta de Gobierno y se elige como subdelegado interino a Domingo Berrospi. Se jura fidelidad a la autoridad del virrey y del intendente (Colec. CDIP Tomo III, Vol. I Pág. 110-222. Informe de Berrospi). Nieto Bonilla (2001: 143): “Por otra parte, este hecho nos demanda otra reflexión con respecto a los inasistentes a la “junta”, no estaban los líderes indígenas; ni menos el clérigo Marcos Durand Martel, Mariano Aspiazu, ni Francisco Ledesma. Los primeros, integraron una nómina, y esta nómina es la que tomó el liderazgo para arribar a Huánuco; los segundos, eran los autores intelectuales.” Efectivamente, se pone en manifiesto el Boicot de Domingo Berrospi quién conmina a los rebeldes a que retornen a sus pueblos y aprende al líder indígena José Contreras mandándolo a asesinar. El jueves 27 de febrero los indígenas retornan a Huánuco y destituyen a Berrospi. Es elegido subdelegado y Comandante General de los indios Juan José Crespo y Castillo, quien coordina con el cura Durand Martel para enviar cartas a los pueblos para que acudan a defender la ciudad. Durand Martel abasteció con armas la defensa de la ciudad: “Se cargó con metralla piedrecitas y tachuelas de la iglesia dos cañones maguey y en su misma celda lo entregó a José Olluco que había de poner en Visacaca en defensa de la ciudad” (Baldomero Fernández, 1938, Pág. 17). Crespo y Castillo crea una comisión para comunicar a los pueblos de Huamalíes lo sucedido en Huánuco (Nieto Bonilla, 2001, Pág. 149). El 4 y 5 de marzo se da la batalla de Ambo, donde se obtiene el triunfo indígena. La estrategia realista consistió en tomar dos rutas: Una dirigida a los pueblos de Huamalíes y la otra por Ambo
rumbo a Huánuco, dirigida por el mismo José González de Prada. La reacción realista consistió en la contrainsurgencia militar dotada de apoyo logístico. Batallones provenientes de Lima (“Dragones de Lima”), Pasco, Huariaca, Carhuamayo, Conchucos, Cajatambo, y del mismo Tarma fueron dotados de materiales logísticos para la guerra con la finalidad de derrotar a los insurgentes y restablecer el principio de autoridad. Estos batallones fueron estimulados con beneficios y favores. A pesar de todo ello las fuerzas revolucionarias derrotan a los realistas en Ambo. Por otro lado, en Huamalíes se vivía una situación similar a la de Huánuco y Panatahuas. Según Nieto Bonilla (2001:156) en Huamalíes los pueblos tenían las consignas: ¡Viva el inca Castelli! ¡Viva Crespo y Castillo! Y ¡Mueran los chapetones!, el pueblo de Marias fue el iniciador de la insurgencia armada, 36 pueblos se incorporaron a la rebelión indígena, entre ellos Pachas y Chavinillo. Se produjo un enfrentamiento de Aguamiro contra los realistas con triunfo indígena. El 17 de marzo se da el enfrentamiento entre realistas e indígenas por la posesión de la ciudad de Llatas, con victoria indígena. El 18 de marzo se da la toma de la ciudad de Llata por los indígenas. Se creó una junta de guerra quién nombró como capitán general a Nolberto Haro. Pio Mirabal es nombrado subdelegado a pesar que había formado parte del bando realista en la lucha por la posesión de Llata. Cuando triunfaron los realistas Pio Mirabal justificó su participación en vista a que peligraba su vida. La participación indígena en Huamalíes fue importante como lo confirma Nieto Bonilla (2001:165): “Tal fue la lucha en el partido de Huamalíes donde un mar humano se desbordó por todos los pueblos. Estos respondieron al llamado de la convocatoria y se movilizaron pueblo por pueblo. Esta movilización fue peculiar para los Huamalíes, pues ellos percibían que Crespo y Castillo seria el embajador del Inca Castelli”. Por otro lado, mientras se dio el avance revolucionario en Huamalíes, en Panatahuas y Huánuco se dio el retroceso y derrota definitiva. El 17 de marzo (cuando los indígenas habían ganado en Llatas) se libra la batalla en el llano de Ayancocha, por la posesión de Ambo. Ganan los realistas. El 18 de marzo (cuando Llata había sido tomada por lo indígenas) se libra la segunda batalla de Ambo con triunfo realista: “Crespo y Castillo… había logrado armar un poderoso ejército de 3 a 4 mil hombres integrados fundamentalmente por indios Chupachos y Panatahuas… fueron finalmente derrotados en Ayancocha, en (Continua en el siguiente párrafo)
cuyos campos quedaron muertos cerca de 500 indios huyendo los sobrevivientes a sus pueblos de origen.” (Heraclio Bonilla, 1981, Pág. 38, citado por Nieto Bonilla, 2001). Los realistas portaban armas de fuego y demás pertrechos militares, los indígenas palos, hondas, machetes, algunos fusiles y dos cañones. El 21 de marzo los realistas ingresan a la ciudad de Huánuco y se inicia la contrainsurgencia de Huamalíes triunfando los realistas. Ya expuesto todo este panorama de acontecimientos es importante conocer más al detalle a los protagonistas principales de estos hechos: La población indígena. Para las páginas que quedan del presente ensayo nos limitaremos a describir de manera muy general a los indígenas chupachos. Lamentablemente no se ha tenido el tiempo suficiente para analizar a los indígenas de Huamalíes. Cabe resaltar la importancia del conocimiento antropológico de estas poblaciones indígenas bajo una perspectiva diacrónica. Ya Marc Bloch (1963 [1949]) decía “El objeto de la historia es esencialmente el hombre. Mejor Dicho: Los hombres…”. Tuñon de Lara (1984:44) del mismo modo reflexiona de la siguiente manera: “¿Quién es el verdadero protagonista de la historia? Yo respondería gustoso con aquellas líneas de Vicens Vives, escritas en 1957,… “Nuestro tiempo vendrá sellado por la preocupación hacia el hombre común ese hombre de la calle, del palacio o de la barraca, de la gran empresa o del taller en serie”,… la revolución francesa y las guerras napoleónicas llevan grandes muchedumbres a los primeros planos; el ejemplo será multiplicado en guerras y revoluciones del siglo XIX… ¿Fueron, pues, los hombres sencillos los protagonistas de la historia? Sin ellos, ésta no es concebible; pero tampoco sin las minorías de vanguardia…”. Por otro lado, Peter Burke (1996:81) nos da una idea del aspecto interdisciplinario de la historia: “El giro antropológico podría describirse con mayor exactitud como un vuelco a la antropología cultural o “simbólica”. Después de todo Bloch y Febvre habían leído a su Frazer y a su Lévy-Bruhl y habían hecho uso de esas lecturas en sus trabajos sobre mentalidades medievales y del siglo XVI.” Ha este tipo de teorías basándonos en los criterios de Klejn (1977) y Raab y Goodyeard (1984) referidos por Trigger (1992:29) denominamos teorías de nivel medio. Para este caso me basaré en el artículo de Nicéforo Bustamante (2007) quién realiza trabajos de campo (entrevistas y observación participante) en comunidades de las provincias de Huánuco, Ambo y Pachitea, obteniendo datos etnológicos,
folklóricos y antropológicos. Además me basaré en la mención de aspectos más importantes de las visitas coloniales. Nieto Bonilla (2006) nos brinda el listado de todas las visitas coloniales al territorio Chupacho: La visita de 1549 realizada por Juan Mori y Hernando Alonso Malpartida, quién describe la vida rural andina de nacionalidad chupaycho. En esa época estaba como curaca chupaycho Paucar Guamán, habiendo 1202 tributarios. La visita de 1557 realizada por Diego Álvarez donde se narra el trabajo comunal y las relaciones políticas y administrativas. Y por último la visita de 1562 de Ortiz de Zúñiga donde se contabiliza 1046 tributarios, lo cuál indica la disminución de la población indígena. Waldemar Espinoza (1987:145) basándose en la visita de 1562 refiere sobre la importancia del comercio por parte de los indígenas chupachos: “Los chupaichos (Huánuco) iban a los países de los chinchaycochas (Junín), yaros (Pasco) y aneyungas (Pachitea) a comerciar. A los dos primeros conducían maíz y porotos para canjearlos con lana, pescado, charqui y ganado. A los aneyungas se encaminaban en pos de coca a cambio de sal, ají y algodón. Algunos dirigíanse a trabajar en los cocales a trueque de tan apetecida hoja solamente. Es un innegable tráfico interétnico, aparte del control de diferentes pisos ecológicos.”. Otro dato importante obtenido en base a la visita de 1562 es sobre la territorialidad, sobre ello Murra (1975) nos brinda información sobre la existencia de cuatro waranqas: Allauca 1 (donde se centralizaba el poder chupaycho), Allauca 2 (Auquimarca), Ichoq 1 e Ichoq 2. En la actualidad la división política es diferente a la de aquellas épocas coloniales sin embargo se puede detectar donde se ubican los descendientes de los chupachos. Bustamante (2007) nos proporciona una valiosa información etnográfica. Gracias a esta información sabemos que hasta la actualidad se suele hablar el Kichwa chupaycho. En lo que respecta a la propiedad de la tierra, tradicionalmente los chupachos han tenido los siguientes tipos de propiedad: Curacal, comunal (que perdura hasta la actualidad), familiar o individual (hasta la actualidad) y Estatal (a partir de la presencia inca). A través de la visita de 1593 podemos saber que los españoles encontraron seis tipos de propiedad de la tierra: Tierras del inca, tierras del sol, tierras de la wakas, tierras del curaca, tierras de los chupachos, y tierras de los mitmacunas. Ruben Berroa (1934:55) nos escribe lo siguiente: “Las costumbres que actualmente siguen las comunidades casi seguramente es la misma que tenían antes de la
conquista de los incas.”. Efectivamente, hasta la actualidad se han ido manteniendo las costumbres ancestrales como es el caso de la chakra manay acto ceremonial del derecho de los comuneros al acceso de tierras de manay (ceder sin condición). Bustamante (2007:351) define este acto ceremonial como: “distribución de parcelas de cultivo para el sembrío de productos alimenticios. Se lleva a cabo cada año, los miércoles de ceniza o el 2 de febrero día de la candelaria.” Es de colegir a manera de hipótesis que mientras estaban sucediendo las acciones de la revolución de 1812 los indígenas estaban celebrando el chakra manay, al ser expulsados los españoles las tierras de estos corresponderían a los indígenas. En esta ceremonia las parcelas vacantes que no tienen dueño son entregadas a los más pobres. Las formas de producción de los chupachos son la minka[1] y el washka[2]. El washka era la reciprocidad (Hoy por tí, mañana por mí.) que se realizaba a través de trabajos de barbecho, sembrío, cultivo, vigilancia, cosecha, construcción de viviendas, etc. El sistema de distribución que se dio y se sigue dando hasta la actualidad en muchos pueblos chupachos es el qnakuy[3]. Los chupachos para conservar sus alimentos utilizan el pirwa[4] hasta la actualidad, como lo demuestra Bustamante (2007) en una entrevista a una descendiente de los chupachos doña Domitila Tucto el 26 de junio del año 2000: “Si no hacemos la pirwa nos morimos de hambre, nuestros abuelos nos enseñaron que nunca en la casa debe faltar la pirwa, sino es pobreza, miseria.” Hasta la actualidad también utilizan el raway (camellones), la chakitaklla, el pata pata (andén), y las qullqa o Lliku (almacenes colectivos) tan estudiados por Donald Thompson y Craig Morris. A través de la wayunka preservan el maíz, el cuál es sembrado a través de una ceremonia denominada por ellos como jara muruy. Otras ceremonias importantes que se mantienen en la actualidad son el seqya pichay (limpieza del canal), y la pakapaka y tarinakuy, que vienen a ser ceremonias de juegos de niños y enamoramiento de adolescentes, los adolescentes en grupos de a dos (un varón y una mujer) se esconden y los niños los buscan. La idea de los juegos es que no sean encontrados. Durante
[1] Trabajo comunitario en beneficio de la localidad y de las autoridades: Construcción de caminos, canales, etc.
[2] Conocido como Tumatuma, Yanapakuy (en la parte alta de Ambo) o ayni.
[3] Trueque.
[4] Despensa subterránea ubicada en las viviendas.
el tiempo en que los adolescentes se esconden estos tienen la posibilidad de tocarse. El wasi ushay viene a ser la ceremonia de la edificación de las casas de la pareja matrimonial.
Conclusiones
Las causas internas son más importantes y determinantes que las externas. Sin la participación indígena y los panfletos escritos por los sacerdotes cultos, hubiera sido imposible el proceso revolucionario en Huánuco.
Los sacerdotes revolucionarios (como Marcos Durand Martel) cumplieron una función trascendental ya que dotaron de instrumentos logísticos, estratégicos e ideológicos a los indígenas y criollos para que se alzaran en armas. Estos sacerdotes fueron influenciados por las ideas de la ilustración y fueron motivados por los sucesos revolucionarios liberales en España.
Los criollos ejercieron un papel importante aunque ambiguo. Si bien ellos querían cambiar el orden de las cosas (al igual que los indígenas) su orden se establecía en la fidelidad a la corona y el de los indígenas en el retorno al modelo andino. Sin embargo, la realidad no es homogénea, habían indígenas fieles a la corona, como criollos que querían la independencia.
La revolución de 1812 tuvo como protagonista principal a la población indígena, en especial a las etnias chupacho quiénes fueron las iniciadoras del proceso revolucionario, influenciando en las etnias de Huamalíes y de Pachitea.
Los testimonios españoles hablan de saqueo indígena en la toma de las ciudades de Llata y Huánuco. Quizá ese supuesto saqueo se podría interpretar como un chakra manay y no como un saqueo ya que en esos meses de febrero y marzo se celebra esas festividades en los diversos pueblos de la zona. Para Piel (2010), el movimiento insurgente huanuqueño estaría inscrito en un ciclo distinto de protesta social, inaugurado por el movimiento criollo argentino. Efectivamente, muestra de ello es las consignas de ... (Continua en el siguiente párrafo)
Continuación de la conclusión: ... ¡Viva el Inca Castelli! Y que consideraban a Crespo y Castillo como embajador de Castelli. Esto se aplica específicamente para los indígenas de Huamalíes.
Maud Lachenal (1999) intenta demostrar que la rebelión ocurrida en 1812 forma parte de una suerte de tradición de revueltas y guerrillas; por lo que el MRTA encontró un terreno propicio para establecerse siglos después. Bajo mi punto de vista Lachenal se equivoca debido a que subestima a la población indígena. La población indígena no es manipulable, y muestra de ello son las rondas campesinas creadas por ellos mismos para defenderse del terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA. Nada más ajeno al terrorismo y a la xenofobia que los levantamientos indígenas. En 1812 los indígenas de chupachos y de Huamalíes invitaron a los españoles a retirarse y en ningún momento los asesinaron ni practicaron el terrorismo; a diferencia de los españoles que si eran racistas y xenofóbicos y que castigaron cruelmente (con actos que se pueden calificar de terroristas) a la población indígena. No existe evidencias de prácticas de terror por parte de los indígenas, ni siquiera en los mismos documentos españoles.
Los usos y costumbres de la población chupacho deben de ser de conocimiento indispensable para cualquier investigador sobre la revolución de Huánuco. A manera de inducción, los usos y costumbres de las poblaciones deben ser utilizados para cualquier tipo de investigación histórica ya que el hombre es el protagonista principal de la historia. Como lo afirma la lección de la Escuela de los Anales a través de Bloch, Tuñón de Lara y Burke de manera muy didáctica, y metodológicamente para poder llegar a una teoría de alcance medio como cita Trigger.
Este ensayo intenta ser una explicación de nivel medio. La interdisciplinaridad es un aporte importante de la ciencia moderna para el conocimiento de nuestra historia. Se sugiere relacionar investigaciones históricas, antropológicas, arqueológicas, linguísticas y etnológicas para así poder comprender mejor los procesos históricos y llevar a una teoría de nivel medio. Para posteriormente, a través de una línea epistemológica, poder elaborar una teoría de nivel alto.
Este ensayo fue presentado el año 2012 a la entonces Comisión Permanente de Historia del Ejército del Perú. En ese entonces el coronel Albarracín y los entonces tenientes a su cargo y los historiadores militares estaban presentes e hicieron una ceremonia de premiación para los que presentamos ensayos. En esa época yo aún era estudiante universitario. Pido disculpas a los lectores por no presentar los gráficos y anexos y por el desorden de la enumeración en las notas al pie. Lamentablemente esto fue lo único que pude recuperar del ensayo que presenté en esa época.
Bridgeport, CT, USA. 25 de Marzo del 2024.


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