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NOCIONES TÉCNICO-PROFESIONALES PARA LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA MILITAR

POR: FRANCISCO GABRIEL LOPEZ FUENTES.


La arqueología militar es una rama de la arqueología que tiene como objeto de estudio el conocimiento de las guerras y grupos armados del pasado, y todo lo relacionado a ellas (estrategias militares, ejércitos, armadas, aviación, etc.) a través de la investigación de los restos materiales que quedan de ellas (fortalezas, campos de batalla, uniformes, restos de soldados, armamento, etc.).


Como toda disciplina, la arqueología militar cuenta con nociones técnico-profesionales para una adecuada investigación de su objeto de estudio. Dichas nociones son: El planteamiento del proyecto de investigación, el reconocimiento de campo (prospección arqueológica), la excavación arqueológica, el análisis de materiales, y la presentación (exposición, informes profesionales, publicaciones, etc.) de los resultados de la investigación.


El planteamiento del proyecto de investigación


El planteamiento del proyecto se inicia con un planteamiento del problema de investigación. La cuál puede ser cuantitativa, cualitativa o mixta conforme al criterio del investigador principal (arqueólogo director).


Una vez teniendo en claro el planteamiento por parte de todos los investigadores participantes, se realizará la gestión para realizar la investigación. Lo primero que se debe hacer es elaborar dos documentos importantes: Un proyecto técnico de investigación y una propuesta para la obtención de financiamiento. La gestión incluye la obtención de financiamiento, recursos, autorizaciones legales, aprobación de la población o propietarios aledaños, y diversos aspectos relacionados a ello. 


El reconocimiento del campo de batalla o zona arqueológica militar


Una vez planteado el proyecto de investigación, los investigadores se dirigen a las coordenadas proyectadas.


Se debe tener listo el equipo para el trabajo de campo: zapatillas o botas, mochila con provisiones, brújula, Global Positioning System (GPS), cartas nacionales, diario de campo, fichas de registro, bolígrafos, lápices, regla, escalímetro, transportador, tablero sujetapapeles, mira extensible (2 m), papel milimetrado, cámara digital, wincha, bolsas de plástico de diversos tamaños, cepillo para limpiar superficies, estación total o teodolito, laptop, USB, pizarra acrílica pequeña, plumones de pizarra, caja para guardar muestras, dron y detector de metales (opcional), silbato, arma de fuego (en caso de ser personal militar o con licencia), estacas, cordel, clavos, martillo, linterna, carpa, bolsa de dormir, botiquín de primeros auxilios. El cual deberá ser el adecuado para el lugar donde se va a realizar el trabajo.


Los arqueólogos militares pueden recorrer lugares diversos desde los más inhóspitos hasta en el interior de las ciudades modernas. El equipo de trabajo de campo deberá ser el adecuado para cada caso particular. Las necesidades de recorrer lugares de selva, son diferentes a las del monte, la sierra o los desiertos de la costa.


La finalidad de esta primera fase del trabajo de campo es la búsqueda de evidencias materiales que aporten información sobre un campo de batalla o zona arqueológica militar.     

Una vez que se logra identificar el campo de batalla o la zona arqueológica militar se hará un levantamiento topográfico a curvas de nivel de escala 1:2000 (a libre elección del investigador). A parte se levantará un croquis en formato A3 (en caso de ser sitio pequeño) y AO (en caso de ser sitio grande), incluyendo una aproximación de sus curvas de nivel, estructuras superficiales, y su estado de conservación actual, para facilitar el recorrido con estación total y el levantamiento de arquitectura.


Luego de ello, se procederá a la elaboración de un plano más detallado de los sectores que se van a excavar en el sitio arqueológico. En los planos se incluirán las estructuras (muros) visibles en la superficie. En casos excepcionales, se acompañará con un mapa detallado de arquitectura a escala 1:200, o en los casos de detalles arquitectónicos a escala 1:50.


La arquitectura será descrita y documentada además con dibujos a escala y fotos digitales. Se deberán analizar los elementos arquitectónicos y materiales constructivos.


Luego de todo ello, se procederá a la elección de los puntos donde se realizará la futura excavación arqueológica los cuáles deben figurar en el plano que se elaborará.


En caso de haber poblaciones cercanas, es importante establecer comunicación con las personas e indagar sus conocimientos ancestrales sobre el campo de batalla o la geografía de la zona. En caso de ser un lugar inhóspito la población puede proporcionarnos un guía que conoce la zona a la perfección. En caso de realizarse en una zona peligrosa se sugiere que el personal se encuentre adecuadamente armado para la preservación de la vida y del equipo material del trabajo de campo (lo mejor es acompañamiento militar o policial).


La excavación arqueológica del campo de batalla o zona arqueológica militar


Con las autorizaciones legales y la legitimidad de la población se puede dar el visto bueno para el inicio de la excavación arqueológica militar.


Para ello será necesario contar con los obreros o personal de tropa para que apoyen a los investigadores a realizar su trabajo.


El equipo básico de excavación consiste en: Rasquetas, paletas, picoletas, recogedores, cubos de plástico, tijeras de podar, punzones, brochas y pinceles de diversos tamaños para limpiar superficies, cepillos, nivel de carpintero, cedazos, rollo de plástico, almohadillas para rodillas, kit para comprobar pH del suelo, tabla de colores Munsell, fichas de registro, pizarra acrílica con plumones, etiquetas, clavos y estacas, cordeles, azadas, picos, palas, material de dibujo, equipo de fotografía, cintas métricas y winchas, bolsas de plástico de diversos tamaños, y el equipo básico utilizado en el reconocimiento del campo de batalla.


Además, se deberá contar con un campamento (o un lugar del pueblo o ciudad) para establecerse y guardar los materiales arqueológicos durante la estadía en el proceso de excavación. Las expediciones arqueológicas son muy parecidas a las marchas de campaña militares, pero son de mayor duración (entre uno y tres meses). 


Lo primero que se realiza es el barrido de la superficie de los sectores del campo de batalla que se va a excavar. Si se va a excavar un área grande, se barre toda el área, si se excavarán cuadrículas de muestreo, solo se barrerá la superficie de las dimensiones que se van a excavar.


El barrido deberá realizarse muy cuidadosamente, el profesional investigador debe estar atento a cualquier hallazgo superficial los cuáles serán recolectados. Los hallazgos superficiales pueden ser restos de cartuchos de bala antiguos o balas antiguas, lo cual es un indicador importante que el lugar fue un campo de batalla moderno o contemporáneo.


El método de recolección se adecuará a las condiciones locales de la visibilidad y accesibilidad de los hallazgos superficiales en el terreno.


Todo material recolectado deberá ser documentado por materia prima y procedencia. Es por eso que el arqueólogo militar debe conocer ampliamente el marco teórico de los instrumentos utilizados en las guerras.


Luego de ello, se realiza la excavación arqueológica de las cuadrículas, áreas o trincheras señaladas para determinar el carácter del sitio, estratigrafía y profundidad temporal de ocupación, densidad y distribución de restos orgánicos y las condiciones micro-locales de conservación de materiales orgánicos.


Se recuperarán materiales diagnósticos (restos humanos, restos de uniformes, municiones, armamentos, etc.).


La estratigrafía se documentará con fotos digitales y dibujos a escala 1:10 ó 1:20. En el caso de los perfiles más complejos (es decir que no se pueda establecer con facilidad la estratigrafía natural).


El trabajo de gabinete de los materiales encontrados en la excavación consistirá en el registro y posterior guardado de materiales en bolsas de polipropileno, las cuales deberán estar codificadas (conforme a la ubicación de los estratos) indicando el estrato de procedencia. Luego de ser localizada la roca madre se procederá al tapado de las cuadrículas o áreas excavadas. Todo el procedimiento deberá ser registrado en fichas, diario de campo, libreta topográfica (elevaciones y niveles), cámara digital, entre otros. 


Las técnicas de excavación de los cortes exploratorios y cuadrículas contempla la siguiente estrategia. Los cortes exploratorios y cuadrículas de la dimensión señalada se miden en sus puntos extremos con estación total para definir sus coordenadas tridimensionales en el sistema UTM. Estos cortes se localizan en áreas para definir las primeras hipótesis y esclarecer estratigrafías.


Los contenidos serán excavados en una combinación de capas naturales y niveles artificiales dependiendo del contexto. Cuando las capas naturales aparecen claramente en la excavación, son usadas como el principal control horizontal de las unidades. Cuando las capas naturales no pueden ser detectadas o si las capas naturales son de más de 15 cm de espesor, los depósitos serán divididos en niveles artificiales de 15 cm para mantener un control adecuado de la procedencia horizontal.


Todos los perfiles serán documentados en base a fotografías digitales y dibujo convencional indicando los colores de los estratos con la Munsell Color Chart. Esta documentación es el factor determinante para la definición de los contextos estratigráficos, relacionando dicha documentación con los objetos que se encuentren relacionados a los estratos en el proceso de excavación.


El sistema de registro arqueológico


La documentación escrita incluye formularios para el registro de los campos de batalla y sus unidades particulares así como fichas y listas para las diferentes categorías de hallazgos encontrados en superficie, perfiles o cortes exploratorios. Los entierros cuentan con su propio registro.


También se cuenta con listas para el registro y la enumeración de cortes exploratorios, perfiles y plantas. Además, se cuenta con un formulario para el diario de campo.

El registro gráfico incluye dibujos de perfiles y plantas de interés. Los dibujos técnicos de plantas y secciones estratigráficas se enumerarán de manera continua, anotándolos en una lista respectiva para registrar los procedimientos. Así como, en la limpieza de cortes de excavación antiguos y/o clandestinos y la excavación. Llevarán siempre escala, la indicación del norte y el nombre del responsable.


El registro fotográfico consta en la toma de fotos digitales. Se documentará la zona de estudio con fotos panorámicas, generales del sitio, perfiles, planos, detalles de arquitectura, hallazgos complejos y/o importantes in situ, así como los procedimientos generales de los trabajos de campo.


Se indicará los datos de la excavación (sector, unidad, número de cuadrícula, etc.) en una pizarra pequeña dándole un número específico para cada toma, que será anotado en la lista respectiva. En la pizarra se registra además la fecha, código y nombre del sitio. También se indicará el norte con una flecha. Todas las fotos, menos las panorámicas, llevan una escala, y todas se anotarán en las listas respectivas.


Se recolectarán los materiales de superficie y de la limpieza de las unidades de excavación en bolsas numeradas con fichas, separadas por categoría: colección de fragmentos (CF), artefactos completos (AC), restos orgánicos (RO), toma de muestra (TM), etc. El investigador puede crear categorías de acuerdo a las condiciones de la investigación.


Cada fragmento se separará por el tipo del material a lo que pertenece como por ejemplo cartucho, resto de uniforme, etc. Los restos orgánicos se embolsan separadamente por categorías como óseo, vegetal, crustáceo, malacológico o ictiológico.


Igualmente se procede con las muestras de materiales se obtendrán en la excavación de los cortes exploratorios y cuadrículas indicando el rasgo y su procedencia estratigráfica.

La relación de las bolsas con los materiales se anotarán en las listas del registro de campo según el espécimen recolectado (CF/AC/RO/TM).


Cada bolsa contará con su respectiva etiqueta en el interior, donde se consigna el nombre del sitio, sector, número de cuadrícula, número de perfil y planta y número de rasgo; así como datos referentes al material y objeto, el nombre del responsable y la fecha en que se realizaron los trabajos.


El análisis de materiales arqueológicos


Una vez concluido el proceso de excavación y trabajo de gabinete, se elaborará la Memoria Descriptiva del campo de batalla o sitio arqueológico militar y el listado de bolsas del material recuperado en campo. Además, se digitalizará la documentación de excavación de campo.


Se realizará el análisis especializado de materiales arqueológicos. El procedimiento para analizar los contextos funerarios de soldados o civiles muertos en los campos de batalla es el siguiente:


1. Anotar fecha, ubicación, hora de inicio y término del análisis. Además, el nombre de los investigadores participantes en el análisis.

2. Radiografiar.

3. Desenfardelar cuidadosamente el resto del soldado realizando un registro detallado del uniforme y cosas que trae consigo.

3. Tender los huesos de formar sistemática, distinguiendo si corresponde al lado derecho o al lado izquierdo del cuerpo humano.

4. Hacer un inventario de todos los huesos y dientes y dejar constancia en gráficos y fotos.

5. En caso de corresponder varios huesos y dientes a un mismo individuo, hacer un inventario por separado, fotografiar el esqueleto, y hacer un gráfico de todo el esqueleto indicando los huesos inventariados.

6. Dejar constancia de la condición de los huesos y dientes (intactos, quebrados y/o quemados).

7. Llevar a cabo la identificación preliminar diferenciando cada hueso aislado que no corresponde a un mismo esqueleto de los huesos correspondientes a un mismo esqueleto. Dicha identificación consiste en:

a. Determinar edad, sexo, raza y estatura.

b. Dejar constancia de las razones de cada conclusión.

c. Fotografiar evidencias que apoyen las conclusiones.

8. Realizar la identificación individual: Prueba de destreza, cambio patológico, traumas y anomalías.

9. Se recogerán muestras orgánicas de contenido interno del cuerpo para su posterior análisis.


Para el caso de los armamentos serán analizados de acuerdo a su clasificación (antipersonales, apoyo, autopropulsado, armas blancas, de fuego, etc.).

Las armas de fuego tendrán también su propia clasificación (corta y larga), deberá analizarse detalladamente los tipos de ánimas (descripción del estado del ánima lisa o rayada del arma de fuego), el sistema de disparo del arma (semiautomática, tiro a tiro, repetición, automática), los calibres de las armas y municiones, las municiones, y las partes del arma.

Es necesario resaltar que la arqueología militar también estudia las guerras del siglo XX, ya que forman parte del pasado. 



También se analizan todos los materiales excavados y recolectados y superficie: Uniformes, diarios militares, restos orgánicos, muestras de suelos, arquitectura, buques de guerra, tanques blindados, artillería, etc. 


La presentación de la investigación


Concluido el trabajo de campo y el análisis de materiales, se procede a la elaboración del informe final el cuál en la práctica es el nacimiento de nuevos conocimientos para la arqueología militar, la arqueología propiamente dicha y para la ciencia a nivel general.


El arqueólogo director es el encargado de elaborar este documento, y puede autorizar a sus investigadores a realizar la difusión conforme a sus especialidades: contextos funerarios, armas de fuego, arquitectura, restos orgánicos, etc. Dichos investigadores no necesariamente deben ser todos arqueólogos, también pueden ser historiadores militares (tenientes o capitanes asimilados, historiadores civiles de las fuerzas armadas, etc.), biólogos moleculares, oficiales autodidactas de las fuerzas armadas, entre otros especialistas.


La difusión de la investigación arqueológica militar se da desde la presentación del informe final a los órganos competentes del Estado y la comunidad académica, hasta a la participación de los investigadores en coloquios, conferencias, conversatorios, charlas en colegios, publicaciones escritas, entre otras. 



Este artículo fue elaborado por mí hace algunos años antes de la tormenta y llegó a ser publicado en la revista Expresión Militar del Ejército del Perú.


Bridgeport, CT, USA, Domingo 23 del Marzo del 2024.


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